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Iglesia

Obispos dan orientaciones para vivir la Cuaresma

Procesiones, Vía Crucis y otros ejercicios de piedad siguen suspendidos

A las puertas de una nueva Cuaresma, nos dejamos instruir por el profeta Elías que, ardiendo de celo por el Señor, debió aprender que Dios se manifestaba en la brisa suave ante la cual cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva (1 R 19, 13). Aunque el evangelio deba ser anunciado a tiempo y a destiempo (2 Tim 4, 2), todo tiene su momento (Ecl 3, 1) y es necesario que el amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar lo que es realmente bueno (Flp 1, 9-10). 

Es verdad que nuestra entrega al Señor no tiene que menguar en ninguna circunstancia, pero igualmente cierto es que las formas con las que expresamos esa fe han de mediarse por un profundo discernimiento histórico (cf. GS., n. 11). De esa forma estaremos siempre orientados a la consecución del bien común (GS., n. 26), como fruto de una caridad auténtica que nos hace "considerar al prójimo como otro yo, cuidando, en primer lugar, de su vida y de los medios para vivirla dignamente" (GS., n. 27). 

De ahí que los Obispos que servimos al pueblo de Dios en Costa Rica queramos recordar que, en este contexto de pandemia, que todavía estamos enfrentando, nuestras celebraciones litúrgicas y nuestros actos de piedad popular deben modelarse por la caridad auténtica de quien busca preservar la vida de sus hermanos, especialmente de los más vulnerables. ¡Es hora de experimentar el amor de Dios en medio de la brisa suave que Elías encontró en el monte Horeb! 

En orden a facilitar esa vivencia sincera, profunda y moderada de la Cuaresma que Dios nos está pidiendo en este momento, la Conferencia Episcopal de Costa Rica recuerda que:

 

1.     En primer lugar, téngase presente que, en razón de la sacramentalidad del tiempo litúrgico, el gesto de la ceniza debe realizarse únicamente el miércoles que lleva ese mismo nombre: el 17 de febrero de este año 2021. Para su desarrollo, se procederá de la forma ya prevista en el Misal Romano y puntualizada recientemente por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos: "El sacerdote toma la ceniza y la deja caer sobre la cabeza de cada uno". Pero, además, se asumirán las indicaciones nuevas dadas por ese Dicasterio: decir una sola vez "para todos los fieles al mismo tiempo" la fórmula que acompaña dicho rito y llevar la mascarilla puesta al realizar el gesto con cada uno de los fieles; los cuales podrían acercarse al sacerdote haciendo una fila, o mantenerse en sus lugares para que éste se desplace al lugar de cada uno de ellos ("Nota sobre el Miércoles de Ceniza. Imposición de la ceniza en tiempo de pandemia", 12 de enero de 2021, Prot N. 17/21). 

2.     Para la organización de los horarios de Eucaristías que se pondrán a disposición de los fieles para el miércoles de ceniza, recuérdese que ?atendiendo al espíritu del C.I.C. 905 § 2 los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica les concedemos la posibilidad de que cada sacerdote pueda celebrar hasta un máximo de tres veces la Eucaristía. Tomen las previsiones necesarias para cuidar no sólo la salud física, sino también el bienestar espiritual, que puede verse afectado por la multiplicación de celebraciones. 

3.     El año pasado, las condiciones sanitarias obligaron a "suspender todas las Procesiones, Vía Crucis y otros ejercicios de piedad en forma pública durante [... la] Cuaresma y Triduo Pascual y hasta nuevo aviso" (Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica. A los sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, agentes de pastoral, fieles católicos y a la opinión pública, 16 de marzo de 2020, n. 1). Al respecto debe tenerse claro que dicha prohibición sigue vigente, pues el desarrollo de cualquiera de esos actos piadosos engendra algún grado de riesgo para la propagación del virus. Por eso, se mantiene la disposición de no realizar ninguna de esas actividades, entre las cuales también se incluye cualquier tipo de desplazamiento en carrozas o similares. 

4.     Especial mención merece la costumbre piadosa de los "Siete Lunes", que tanta fuerza ha tomado en los últimos años entre nosotros. Ésta podría mantenerse a condición que se realice como una pequeña prolongación de la Eucaristía, sin exceder los tiempos prudenciales sobre los cuales nos ha instruido el Ministerio de Salud y siguiendo las indicaciones que la Comisión Nacional de Liturgia publicará en estos días. 

5.     Promuévase la celebración del Sacramento de la Reconciliación, en el lugar más adecuado para su realización y siguiendo todos los protocolos ya establecidos (Comunicado de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica. Protocolos para la celebración del Sacramento de la Reconciliación dentro de los templos, 11 de setiembre de 2020) de tal manera que tanto los penitentes como los confesores puedan ver resguardada su salud. Es claro, por lo tanto, que todavía no pueden volverse a realizar las jornadas de confesiones masivas que normalmente hemos denominado como ?liturgias penitenciales? (Los Obispos..., n. 3) Al contrario, es muy importante promover una afluencia progresiva de los fieles al Sacramento de la Penitencia a lo largo de toda la Cuaresma. 

6.     En cuanto a la visita a los enfermos y personas de edad avanzada, tanto por parte de los sacerdotes como de los Ministros extraordinarios de la Comunión, debemos recordar que se trata de personas de alto riesgo. Hemos insistido, desde el Protocolo de apertura de los templos, y luego en otros lineamientos de orientación para administrar el Sacramento de la Unción de los Enfermos, que se realice en caso de extrema necesidad. Sin embargo, "la gracia primera de este sacramento es una gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de la fragilidad de la vejez" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1520); por ello, estamos llamados en este tiempo a aumentar esta cercanía. 


Quedará a discreción del sacerdote discernir la necesidad de acompañar a enfermos y adultos mayores para administrar el Sacramento de la Unción de los Enfermos durante este tiempo. Para ello, habrá que velar por todas las medidas sanitarias, en el hogar o recinto que se visita. Asimismo, el sacerdote o Ministro extraordinario, nunca se quitarán la mascarilla, y mantendrán un apego estricto a las normas sanitarias para cuidar del enfermo o adulto mayor, y de la propia vida (cf. Orientaciones de la Conferencia Episcopal de Costa Rica para la celebración del Sacramento de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos, 18 de agosto de 2020). 


De la misma manera que hemos publicado estas orientaciones, volveremos a emitir una nueva         comunicación cuando se acerque la Semana Santa, pues estamos a la espera de las indicaciones y normas que al respecto puedan venirnos de la Santa Sede. 


Rogamos al Señor que, por intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, y de San José, su Esposo, nos conceda vivir este tiempo de Cuaresma como un camino de fortalecimiento bautismal. De modo que, al llegar la Pascua, podamos renovar nuestra adhesión a Cristo resucitado, que se nos hará el encontradizo con la misma discreción y eficacia que otrora en el camino de Emaús (Lc 24, 13-35). 


En la sede de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, San José, a los 11 días del mes de febrero del año del Señor 2021, memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes. 

 

MONS. JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA. 

Obispo de Ciudad Quesada

Presidente


MONS. DANIEL FRANCISCO BLANCO MÉNDEZ

 Obispo Auxiliar de San José

Secretario General. 

 

MONS. MARIO ENRIQUE QUIRÓS QUIRÓS

Obispo de Cartago
Presidente Comisión Nacional de Liturgia