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Iglesia

Dios nos pide ser responsables

Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica


La pandemia provocada por el COVID-19 ha generado un cambio de hábitos en nuestra sociedad y ha puesto en evidencia que realmente somos importantes los unos para los otros, pues no podemos superar solos esta emergencia sanitaria mundial, que ha causado graves consecuencias. 

Ahora más que nunca, cuando la Organización Mundial de la Salud ha dicho que la pandemia durará alrededor de dos años, tenemos que adaptarnos a esos hábitos que buscan cuidar de nuestra propia salud y la de los demás. 

Los cierres y restricciones realizados al inicio y durante el progreso de esta emergencia, han afectado la vida de todos, sea a nivel de salud, social y económico. 

En los próximos días, cuando se retomen algunas de nuestras actividades, buscando un equilibrio que permita reactivar la economía y el regreso al trabajo de tantas y tantas personas que lo requieren, debemos ser muy conscientes de la grave responsabilidad que tenemos como sociedad. Del mismo modo, la apertura de negocios y comercios en general se va dando en un ritmo que no puede escapar a la premisa de que se debe cuidar la salud de todos. 

Sabemos que el más sagrado derecho de todos es la vida, don de Dios, el cual estamos llamados a cuidar, proteger y promover. En este sentido, como sociedad, tenemos que hacer un esfuerzo cada vez mayor, si queremos retomar las actividades que realizábamos antes de la pandemia. 

El Gobierno de la República anunció una fase de apertura controlada a partir del 9 de setiembre y depende de todos el cuidar unos de otros. La responsabilidad inicia en las autoridades gubernamentales y continúa en toda la sociedad, es decir, todos los sectores debemos colaborar, desde el pequeño hasta el gran productor y empresario, las instituciones y los distintos grupos; en fin, todos los ciudadanos hemos de practicar las medidas que nos ayuden a mitigar un posible contagio o propagación del virus. 

Por consiguiente, es necesario que sigamos todas las normas y protocolos indicados por las autoridades sanitarias del país para cuidar la propia salud y la del prójimo. 

No estamos solos. Somos la familia de Dios y la comunidad humana. En este sentido, nos vienen muy bien las palabras del Papa Francisco, en el momento extraordinario de oración, que realizó el pasado 27 de marzo en la Plaza de San Pedro: «Nadie se salva solo. Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: ?Que todos sean uno? (Jn 17,21)». 

Este llamado nuestro -dirigido a los hijos de la Iglesia, a las personas de buena voluntad y a todos los que habitamos esta nación- busca que Costa Rica sea nuevamente ejemplo de unidad, responsabilidad y solidaridad, pues todos nos cobijamos bajo la misma bandera de nuestro país. Precisamente, el encontrarnos en el mes patrio, es momento privilegiado para sentirnos orgullosos de la ruta democrática que siempre ha trazado nuestro país, donde la solidaridad y el bien común nos caracterizan. Seamos, pues, patriotas y solidarios unos con otros. 

Pidamos a Dios que nos guíe e ilumine para asumir esta responsabilidad de cuidarnos unos a otros. Nuestra Señora de los Ángeles nos siga acompañando y protegiendo como siempre lo ha hecho en nuestra historia patria. 

En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 7 días del mes de setiembre del año del Señor 2020. 

 

 

 

+JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA

Obispo de Ciudad Quesada

Presidente

 

+DANIEL FRANCISCO BLANCO MÉNDEZ

Obispo Auxiliar de San José

Secretario General