Cambios se hicieron públicos en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis
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Constatación
de la muerte, capilla ardiente y ataúdes fueron cambiados
David
Mora, periodista
La
Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice editó y publicó la
segunda entrega típica del Ordo Exsequiam Romani Pontificis, un libro litúrgico
que el Papa Francisco aprobó el pasado 29 de abril y en que se describen
algunas modificaciones que ha hecho a la celebración de las Exequias Papales, ritos
que se practicarán cuando él fallezca y en funerales de los pontífices en el
futuro.
El
arzobispo de Recanati y maestro de Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices,
Monseñor Diego Ravelli, explicó que el deseo del Santo Padre es que se exprese
de una mejor forma la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado. "El rito renovado,
además, debía subrayar aún más que las exequias del Romano Pontífice son las de
un pastor y discípulo de Cristo", indicó.
Con
las modificaciones hechas por Francisco, las exequias pontificias se
desarrollarán de la siguiente manera:
Se
iniciará con la Primera Estación, esta consiste en corroborar la muerte del
líder de la Iglesia Católica; anteriormente se hacía en la habitación del Papa,
ahora se hará en la capilla privada. La constatación se hace después de
comunicarle la noticia al cardenal camarlengo, al sustituto de la Secretaría de
Estado, al maestro de Celebraciones Litúrgicas y a los prelados de la Cámara
Apostólica, todos se reúnen alrededor del cuerpo mientras el director de los
Servicios Sanitarios del Vaticano examina los retos, confirma el fallecimiento
y sus causas.
Una
vez hecho, el camarlengo dice "Nuestro Pastor, el Papa, ha muerto con Cristo",
todos proceden a orar, se hace un responso y se culmina con la Salve. Se le
retira el anillo del pescador y se destruye para evitar la falsificación de
documentos. Inmediatamente se reviste al difunto con el alba, el cíngulo; la estola,
la dalmática y la casulla rojas, el palio, un solideo y mitra blancos, y se le
coloca la férula en su brazo izquierdo.
La
Segunda Estación suprimirá el traslado del cuerpo hacia el Palacio Apostólico, ahora
irá directamente a la Basílica de San Pedro para rezar un responso; además de
que el cuerpo del Papa ya irá depositado en el ataúd, se mantendrá abierto en
capilla ardiente y sin catafalco. El féretro se cerrará la tarde anterior a la
Misa Exequial, rito en el que se cubre el rostro del Pontífice, se asperja el
cuerpo con agua bendita, se le coloca una bolsa con las monedas acuñadas
durante el papado y un tubo sellado en el que se encuentra la biografía del
obispo de Roma. Al día siguiente será llevado hasta la Plaza de San Pedro,
colocado en el suelo, viendo hacia el pueblo y junto a él deberá estar el cirio
pascual.
La
Misa Exequial, que debe ser presidida por el decano del colegio cardenalicio,
se llevará a cabo como de costumbre hasta después de comulgar, cuando el cuerpo
del sucesor de San Pedro sea incensado por un patriarca de la Iglesia Oriental
y el cardenal decano, quien también los asperja.
La
Tercera Estación se lleva a cabo en el lugar de la sepultura, la modificación
eliminó los tres féretros de ciprés, plomo y roble; era una tradición de que el
ciprés representa la mortalidad del Papa, el plomo la preservación de cuerpo y
el roble la dignidad del pontificado. Ahora solo será un ataúd de madera con
uno interior de zinc, igualmente se mantendrá el acto de atar un listón rojo
con los sellos impresos de la Cámara Apostólica, la Prefectura de la Casa
Pontificia y la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre, inmediatamente
será sepultado.
Estos
ajustes abren la posibilidad de que el Papa pueda ser enterrado fuera del
Vaticano, hecho que sucederá con el Papa Francisco, ya que ha expresado que
desea descansar en la Basílica Santa María La Mayor.
Fuentes: Vatican News, ACI Prensa y Liturgia Papal.