Responsive image

Artículos

Acción de gracias

para despedir el año que termina

Termina otro año, recibimos uno más. Dios nuestro Señor ha sido generoso y misericordioso con nosotros. Hasta las situaciones desagradables o tristes están contempladas en su providencia divina para nuestra salvación. Nuestra fe nos ayuda a verlo, al voltear la mirada hacia atrás y evaluar cada acontecimiento al que no le encontrábamos explicación y que ahora agradecemos porque nos hizo crecer.

Por eso, al dar vuelta a la última hoja del calendario, entendemos que todo tenía que ser como ocurrió. Este es el momento perfecto para orar y manifestar nuestra gratitud al Padre.

Termina otro año, recibimos uno más. Dios nuestro Señor ha sido generoso y misericordioso con nosotros. Hasta las situaciones desagradables o tristes están contempladas en su providencia divina para nuestra salvación. Nuestra fe nos ayuda a verlo, al voltear la mirada hacia atrás y evaluar cada acontecimiento al que no le encontrábamos explicación y que ahora agradecemos porque nos hizo crecer.

Por eso, al dar vuelta a la última hoja del calendario, entendemos que todo tenía que ser como ocurrió. Este es el momento perfecto para orar y manifestar nuestra gratitud al Padre.


Acción de gracias

Gracias te sean dadas, Señor de los señores, dueño absoluto de lo creado, por todos los inagotables beneficios que nos ha prodigado tu paternal mano. Gracias infinitas, creador mío, porque me sacaste de la nada, porque me dotaste de un alma lavada con tu sangre preciosa, porque me hiciste nacer en el seno de la única y verdadera religión, en cuya fe y creencia quiero vivir y morir, porque me conservas en tu tierno regazo y disfruto de tus divinos consuelos.

Gracias infinitas porque instituiste los santos sacramentos para sustento y regalo de mi alma. Gracias, Dios mío, porque me has salvado la vida y, pudiendo haberme lanzado a los abismos del infierno, me has dado tiempo para la enmienda de mis costumbres.

Gracias, Dios y Señor mío, porque me has aliviado en mis enfermedades, porque me has dado el necesario sustento y porque en mis horas de profunda amargura has mitigado mi mortal tristeza y consolado la orfandad de mi corazón.

Gracias, en fin, por todos los beneficios de alma y cuerpo que me has prodigado y por los peligros espirituales y corporales de los que me has librado. Porque Tú, Señor, eres la fuente inagotable de todo bien, el autor de lo creado y el Señor del Cielo y de la tierra.

Porque me has concedido terminar este año que expira, dígnate derramar sobre mí y toda mi familia tus infinitas gracias; da bienestar a nuestra infeliz nación, la cual se haya tan agobiada por tantas calamidades como han caído sobre ella.

Te pido por nuestro Señor Jesucristo que contigo reina en unión del Espíritu Santo, por toda la eternidad. 

Amén.




Fuente: aleteia.org