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Inventario de fin de año

Preguntas que puedes hacerte

Podemos revisar los siguientes puntos para mejorar el próximo año:


A) ¿He procurado agradecer al Señor por todo lo que tengo y he recibido a lo largo del año?


B) ¿He bendecido los alimentos que ingerimos día a día?


C) ¿Qué tanto tiempo le he dedicado a una lectura espiritual provechosa?


D) Para perfeccionar mi amor, se necesita practicar las virtudes teologales y cardinales ¿Qué tanto lo he hecho?


E) ¿He logrado corregir algunos de mis defectos y he mejorado mis cualidades?


F) ¿He podido darle más importancia a mi familia que a mi trabajo y otras actividades deportivas o con mis amistades? ¿O sigue siendo el mismo patrón de siempre?


G) ¿Qué tantos cambios logré conseguir de mis propósitos de inicio del año?


H) ¿Cuidé más mi dinero y logré un mayor ahorro y disminuí el dispendio en cosas inútiles, o seguí igual?


I) ¿Pude hacer algo extra y visitar a un pariente enfermo o distante y llevarle mi cariño y caridad, o aún lo he dejado de lado?


J) ¿Practiqué el ayuno o alguno que otro sacrificio, por amor a Dios y a los demás?


K) ¿Puse mayor esmero en cuidar mi salud mejorando tus hábitos alimenticios y el ejercicio, o aún me falta la disciplina y fuerza de voluntad para hacerlo?


 Parecen detalles pero, al fin y al cabo, la santidad se construye a base de ellos.

La vida resulta más sana y con menos agobios y sufrimientos, en la medida en que la vivimos más espiritualmente.


Hay quien se resiste a creerlo y no da la importancia adecuada a vivir una vida equilibrada y en armonía. Se necesita estar convencido de que la práctica también se requiere en la vida espiritual. Por eso se necesita de la tenacidad, la constancia y la perseverancia. Un esfuerzo decidido y firme. 

Por ello se dice que el verdadero cristiano se distingue por su firmeza en el esfuerzo y la dedicación que pone a su perfeccionamiento en vivir con las enseñanzas del Evangelio y los bellos ejemplos de vida, de los santos y doctores de la Iglesia.

Un año más de vida y de oportunidades para crecer. No lo echemos en saco roto y, al menos, enfoquémonos en algo sencillo para retomar nuestra vida espiritual.

Nadie lo va a hacer por ti. Asume tu responsabilidad y, en cuanto quieras, inicia tu nueva etapa de vida, siendo un poco mejor que antes. Pero que se note.




Fuente: aleteia.org