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Papa

Dios prefiere una oración de protesta

Audiencia General del Papa Francisco (VIDEO)

El Papa en su Catequesis, recuerda la manera de rezar de Job, protestando a Dios, pero sin considerarlo un perseguidor. Al respecto, el Papa dijo a los fieles presentes, que protestarle a Dios es una forma de rezar, los niños o los jóvenes le protestan a los padres, es una forma de llamar la atención y pedirles que se ocupen de ellos:

Si tienes en tu corazón alguna llaga, algún dolor y tienes ganas de protestar, protesta también [contra] Dios, Dios te escucha, Dios es Padre, Dios no se asusta por nuestra oración de protesta, ¡no! Dios lo entiende. Pero sé libre, sé libre en tu oración, no aprisiones tu oración en patrones preconcebidos. ¡No! La oración debe ser así, espontánea, como la de un hijo con su padre, que le cuenta todo lo que le viene a la boca porque sabe que su padre le entiende.

Las pruebas de Job

Francisco dijo que el libro de Job representa de ?forma dramática y ejemplar lo que en la vida sucede realmente. Es decir, que sobre una persona, sobre una familia o sobre un pueblo se derriban pruebas demasiado pesadas, desproporcionadas respecto a la pequeñez y fragilidad humana. En la vida a menudo, come se dice, llueve sobre mojado?. Y algunas personas se ven abrumadas por una suma de males que parece verdaderamente excesiva e injusta.

Cada  uno de nosotros nos hemos impresionado del grito, de personas que conocemos, que son así:  

Todos hemos conocido personas así. Nos ha impresionado su grito, pero a menudo nos hemos quedado también admirados frente a la firmeza de su fe y de su amor. Pienso en los padres de niños con graves discapacidades, o en quien vive una enfermedad permanente o al familiar que está al lado. Situaciones a menudo agravadas por la escasez de recursos económicos. En ciertas coyunturas de la historia, este cúmulo de pesos parecen darse como una cita colectiva. Es lo que ha sucedido en estos años con la pandemia del Covid-19 y lo que está sucediendo ahora con la guerra en Ucrania?.

Al respecto, el Papa confirmó que no podemos justificar estos excesos como una racionalidad superior de la naturaleza y de la historia, ni tampoco bendecirlos religiosamente como respuesta justificada a las culpas de las víctimas, que se lo han merecido.

La protesta a Dios es una forma de rezar

Es una especie de derecho de la víctima a la protesta, en relación con el misterio del mal, derecho que Dios concede a cualquiera, es más, que Él mismo, después de todo, inspira. El silencio de Dios, en el primer momento del drama, significa esto. Dios no va a rehuir la confrontación, pero al principio deja a Job el desahogo de su protesta. Quizás, a veces, deberíamos aprender de Dios este respeto y esta ternura.   Y a Dios no le gusta esa enciclopedia -llamémosla así- de explicaciones, de reflexión que hacen los amigos de Job. Aseveró Francisco, ese es el jugo del lenguaje, que no es el correcto: es esa religiosidad la que explica todo, pero el corazón permanece frío. A Dios no le gusta eso. Le gusta más la protesta de Job o el silencio de Job.

Dios nos guarde del pietismo hipócrita y presuntuoso

Repasando el pasaje bíblico, el Pontífice recuerda a los amigos de Job, que cuando los necesitaba, en vez de consolarlo, se dedicaron a juzgarlo con esquemas preconcebidos:

Cuando finalmente Dios toma la palabra, Job es alabado porque ha comprendido el misterio de la ternura de Dios escondida detrás de su silencio. Dios reprende a los amigos de Job que suponían que sabían todo, de Dios y del dolor y, habiendo venido a consolar a Job, terminaron juzgándolo con sus esquemas preconcebidos. ¡Dios nos guarde de este pietismo hipócrita y presuntuoso! ¡Dios nos preserve de esa religiosidad moralista y de esa religiosidad de preceptos que nos da cierta presunción y te lleva al fariseísmo y a la hipocresía!

La protesta de Job y el silencio de Dios

Dios se expresa con ira contra los amigos de Job, pero no los castiga porque Job intercede por ellos. La declaración de Dios nos sorprende, afirmó el Santo Padre, porque hemos leído las páginas encendidas de la protesta de Job, que nos han dejado consternados. Sin embargo - dice el Señor - Job ha hablado bien, porque se ha negado a aceptar que Dios es un Perseguidor. Y como recompensa, Dios le devuelve a Job el doble de todos sus bienes, después de pedirle que ore por esos malos amigos suyos, Job, incluso cuando estaba enojado contra Dios, ha negado que sea un perseguidor, lo busca, señaló Francisco:

 El punto de inflexión de la conversión de la fe se produce precisamente en el culmen del desahogo de Job, donde dice: «Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará, sobre el polvo. Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro» (19,25-27)?.