Responsive image

Iglesia

«Reconocer, interpretar y elegir»

Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica para las Elecciones Nacionales de febrero de 2022.

Camino a un nuevo proceso electoral, como pastores del pueblo de Dios nos dirigimos a los fieles católicos, creyentes en general y a las personas de buena voluntad. 

En un contexto de preocupación, angustias y dolor que la pandemia del Covid-19 ha traído a tantas familias en nuestro país y que han agudizado una serie de problemáticas en nuestra sociedad, apelamos al patriotismo y a la responsabilidad en el nuevo proceso democrático electoral próximo a iniciar. 

Nuestro llamado, en especial es a los partidos políticos, que tienen la grave responsabilidad de proponer a las personas que serán escogidas para servir al país. 

Deseamos presentar nuestra reflexión desde el discernimiento evangélico, tal como lo ofrece el Papa Francisco, quien afirma, en Evangelii Gaudium, 51: «Aliento a todas las comunidades a una siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos. Se trata de una responsabilidad alta, ya que algunas realidades del presente, si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir más adelante». 

Animamos a todos los electores a informarse de manera seria y consciente para ejercer el deber y el derecho al sufragio, el cual es una conquista de nuestra democracia. 

Con mirada de pastores, compartimos los siguientes temas: 

RECONOCER: 

1.    El Estado social de derecho, solidario e incluyente, que ha prevalecido en Costa Rica, se ha visto debilitado en los últimos años. Aunado a esto, se percibe ausencia de liderazgos, evidenciada en la toma de decisiones abruptas y la inconsistencia en el mantenimiento de dichas decisiones, con las consiguientes consecuencias negativas en la continuidad de los proyectos de mediano y largo plazo que necesita el país. 

2.    El diálogo, base de la paz social y la participación ciudadana, también privilegiado como instrumento político en el país, ha tenido resultados insuficientes y frágiles en periodos recientes. Es urgente retomar esta ruta para atender la crisis que vive nuestra nación, especialmente en salud, a nivel social, educativo y entorno a la economía. 

3.    Se presenta una desconfianza generalizada por parte de la sociedad costarricense en relación a las instituciones sociales y políticas, que contemplan un descenso en sus niveles de aceptación. El Informe Estado de la Nación 2020 señala en la actual coyuntura «un declive en la confianza ciudadana en las instituciones». 

4.    A la luz de las noticias de las últimas semanas y meses, nos golpea la corrupción, la violencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Es alarmante el aumento de la violencia ciudadana, manifestado en las carreteras, en el ámbito humano, familiar y laboral. 

5.    La pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia la fragilidad de algunos sistemas fundamentales para el bienestar social, en particular, a nivel de empleo, llegando en el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos a 434 mil personas desempleadas. La crisis sanitaria también ha debilitado otros sectores que juegan un papel preponderante en la economía y el desarrollo, por ejemplo, el turismo. En este caso específico, la recuperación del sector turismo «es muy incierta en el corto plazo», reveló el Estado de la Nación 2020. 

6.    Los más desprotegidos se ven impactados por el alto costo de la vida, sobre todo con los constantes aumentos al combustible, a muchos productos de la canasta básica, y la zozobra nacional que genera la amenaza constante de reformas que vendrían a impactar negativamente las pensiones de la mayoría de los costarricenses. Más allá de la pandemia, «el deterioro de las oportunidades para acceder a un ingreso digno ya afectaba las condiciones de vida de amplios y diversos grupos de población», enfatiza el Estado de la Nación 2020. 

7.    EstemismoInformeEstadodelaNaciónseñalaotraproblemáticaalaquehay que ponerle un alto como lo es el endeudamiento. Son varios lustros en que se viene empeñando el futuro del país y de las nuevas generaciones: «Desde 2008, un persistente déficit en las finanzas del Gobierno Central propició un rápido endeudamiento del mismo por encima de los niveles recomendados y sostenibles. El gasto inflexible (transferencias y remuneraciones), y el pago del servicio de la deuda se amplió y fue reduciendo el margen de maniobra para la inversión». 

8.    De frente a esta realidad, aspiramos con esperanza a que fruto de un nuevo proceso electoral, surjan personas con propuestas concretas y viables que  orienten al país en el periodo 2022-2026, con capacidad de reconstruir y consolidar las bases, en búsqueda del bien común y el desarrollo integral de las personas. Exhortamos a una visión crítica, que permita reconocer nuestras principales problemáticas y nuestras virtudes, con el fin de encausar una mejor ruta para Costa Rica. 

INTERPRETAR: 

1.    El Papa Francisco afirma, en Evangelii Gaudium, 205: «La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común». Esto compromete a todos los agentes sociales a entender que la mejor política no se limita al esfuerzo partidista de cara a unas elecciones ni a la gestión del gobierno de turno, sino al esfuerzo de todos por asumir la responsabilidad personal y comunitaria para responder a los desafíos actuales. Por eso también preocupa la apatía hacia la política, que ha venido reflejando el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica en los últimos meses. 

2.    Hemos señalado, de manera frecuente, que la ruta que debe marcar este bicentenario de vida patria independiente es la solidaridad. Así, el buen samaritano (Lc 10, 25-37) se constituye en el «texto que nos invita a que resurja nuestra vocación de ciudadanos del propio país y del mundo entero, constructores de un nuevo vínculo social. Es un llamado siempre nuevo, aunque está escrito como ley fundamental de nuestro ser: que la sociedad se encamine a la prosecución del bien común y, a partir de esta finalidad, reconstruya una y otra vez su orden político y social, su tejido de relaciones, su proyecto humano». (Fratelli tutti, 66). 

3.    Si no valoramos la necesidad de enfocarnos en proyectos país, el destino será cada vez de mayor pobreza y desigualdad. Reducir la brecha educativa, apoyar a los sectores productivos, facilitar las vías de desarrollo a los emprendedores, son solo parte de los campos en los que necesitamos propuestas de solución urgentes, concretas y viables. 

4.    Como manifestamos, el pasado 29 de junio, en nuestro mensaje «Ética, transparencia y bien común»: «resulta absolutamente necesario que, en particular desde la función pública, se dé un ejercicio recto, responsable, ético y respetuoso de la ley para combatir la corrupción, en beneficio de los más necesarios y altos intereses de nuestro país. Quienes llegan a estos cargos, deben saberse servidores respetuosos de la ley y con la ineludible exigencia de realizar un trabajo digno y honesto, a fin de hacer valer la autoridad que les ha sido dada; caso contrario se perdería la solidez de los principios y de las bases en que se fundamenta nuestro Estado social de derecho». 

ELEGIR: 

1.    Oramos por todos quienes se involucren en este proceso electoral, para que el Señor ilumine y guíe a quienes se postulen y sean elegidos en los próximos comicios. Ponemos en manos de Dios el bien de la mayoría que hoy clama por un liderazgo político claro y eficaz, que le permita al país salir delante de la crisis general en que se encuentra. Confiamos en el Tribunal Supremo de Elecciones como institución garante de un proceso que asegure unas elecciones libres y transparentes. 

2.    De manera muy especial, invitamos a los ciudadanos a participar del próximo proceso cívico-electoral, a escoger, de manera consciente y responsable, en todos los niveles de elección popular, a los líderes más capaces de impulsar la recuperación integral del país, en su ámbito social, de salud, económico y hasta anímico; y a hacerlo de manera reposada y luego de un profundo análisis y reflexión, sin caer en la trampa de polarizaciones prefabricadas, ficticias o, muchas veces, de índole meramente ideológico. 

  1. Hacemos un llamado a los medios de comunicación social y a todas las personas que utilizan sus redes sociales para impulsar propuestas políticas, a profundizar en sus labores no solo como comunicadores, sino también como educadores de un electorado que requiere urgentemente de una información clara, precisa, objetiva e imparcial durante el proceso electoral. Invitamos a las personas que producen o reproducen información para que sean coherentes con la verdad, a buscar la objetividad, a no difundir informaciones injuriosas ni falsas, respetando al prójimo y generando verdaderos foros de diálogo, escucha y verdadero intercambio de ideas. 
  2. Destacamos lo que indica el VI Estado de la Región: «Los procesos electorales en Centroamérica y el Caribe siguen mostrando importantes irregularidades. A excepción de Costa Rica, ninguna de las democracias electorales de la región cumple a cabalidad con los parámetros internacionales para certificar las elecciones como libres, limpias y competidas». Por lo tanto, tenemos un sistema electoral que cuidar, proteger y valorar. Y esto se hace participando y votando en las próximas elecciones. 
  3. Exhortamos a que este proceso electoral sea una auténtica expresión de responsabilidad, democracia y civismo, en el que impere el respeto y el orden, y a través del cual busquemos entre todos los más altos ideales para el fortalecimiento de nuestra nación. Ponemos en manos de Dios este proceso electoral por el bien presente y futuro de nuestro país, por el fortalecimiento de la democracia y la consolidación de la paz. 

Concluimos nuestro mensaje, unidos en oración al Señor, como la Virgen con la Iglesia naciente en Pentecostés, secundando la plegaria del Papa Francisco en Fratelli tutti: 

Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras. 

Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas.
Amén. 

En la sede de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, a los 27 días del mes de setiembre del año del Señor 2021, dedicado al Patriarca San José, Esposo de la Santísima Virgen María, en la memoria de San Vicente de Paúl, presbítero. 

José Manuel Garita Herrera
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica


Mario Enrique Quirós Quirós
Obispo de Cartago
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

 

Daniel Francisco Blanco Méndez
Obispo Auxiliar de San José
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

 

Javier Román Arias
Obispo de Limón
Tesorero de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

 

José Rafael Quirós Quirós

Arzobispo Metropolitano de San José

 

Bartolomé Buigues Oller, TC

Obispo de Alajuela

 

Gabriel Enrique Montero Umaña, OFM Conv.

Obispo de San Isidro de El General

 

Manuel Eugenio Salazar Mora

Obispo de Tilarán-Liberia

 

Óscar Fernández Guillén

Obispo de Puntarenas