(VIDEO) Mons. José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo Metropolitano

Valorando los esfuerzos realizados por múltiples actores en la búsqueda y la difusión efectiva de las vacunas contra Covid-19, recientemente, el Papa Francisco ha reiterado que la inmunización extensiva debería ser considerada como un "bien común universal", una noción que requiere acciones concretas que inspiren todo el proceso de investigación, producción y distribución de las vacunas. [1]

Por ello, en el contexto de pandemia por el virus SARS-CoV-2, que produce no sólo afectación sanitaria, sino económica, social, emocional, psicológica y otras, como Iglesia hemos convocado a representantes de los sectores empresariales, solidaristas, sindicales, cooperativo, y otros, con la finalidad de unir voces solidarias en favor de todos los costarricenses, en estas horas cruciales para la vida humana y la dignidad de las personas.

La presente crisis sanitaria, ha provocado un estado de emergencia nacional (DE # 42227-MP-S) y no podemos quedar indiferentes ante el dolor que sigue tocando a las puertas de cientos de familias.

Nuestro propósito ha sido valorar las posibilidades de una campaña de vacunación masiva, con el concurso de la empresa privada y los otros sectores sociales, dando muestras de querer unir a la familia costarricense en un solo corazón y en la voluntad de actuar en estos momentos dramáticos. Bienvenidas sean las iniciativas que buscan crear nuevas formas de solidaridad con mecanismos dirigidos a garantizar una distribución equitativa de las vacunas, no basada en criterios puramente económicos ni políticos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente de los más vulnerables y necesitados

Sabemos que, apelando a los más altos valores morales del pueblo costarricense, puede suscitarse la articulación y la alianza estratégica entre empresarios y algunos sectores sociales para el financiamiento, compra, distribución y aplicación de vacunas por parte del sector privado, con la participación de las organizaciones sociales, y en beneficio de toda la población. 

De esta pandemia debemos salir juntos, fortalecidos en cimentar la cultura de la vida y mejores seres humanos por la solidaridad. La vacunación masiva animada por la Iglesia tiene como finalidad dejar de lado el interés primario al beneficio económico por la adquisición directa de vacunas, para dar lugar a la búsqueda del bien común y la atención subsidiaria de segmentos poblacionales organizados y representados en cooperativas, sindicatos, solidarismo y otros.

Lo anterior supone coordinar con el Ministerio de Salud y demás autoridades, para actuar bajo el principio de legalidad y facilitar la adquisición de vacunas a proveedores autorizados por las instancias correspondientes.

La meta será alcanzar la inmunización de la mayoría de la población nacional, lo antes posible, y evitar la propagación de este coronavirus, en aras de la defensa del derecho humano a la vida. Sin duda, las acciones provida que se ejerzan en el menor plazo posible podrán salvaguardar la vida y el bienestar económico de la mayoría, con la ayuda de Dios y el aporte de todos nosotros.

Que el amor a Dios y a los hermanos sea nuestra motivación primera y así, daremos prueba que en verdad somos un país, realmente solidario, educado y que cree en el verdadero progreso, colocando a la persona humana en el centro de toda acción.