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Ética y economía van de la mano

(VIDEO) Mons. José Rafael Quirós Quirós Arzobispo Metropolitano

El pasado 8 de mayo el Gobierno de la República dio a conocer su plan de reactivación económica de frente a la grave crisis que genera el COVID 19, retomando medidas ya anunciadas y algunos proyectos nuevos. 

En un panorama tan sombrío en el que los niveles de pobreza aumentan, el desempleo se ha disparado y se acrecienta la desigualdad, es urgente aspirar a un sistema económico justo, capaz de responder a estos desafíos.

Si bien estas medidas políticas y económicas tienen un carácter técnico y secular, esto no significa que la Iglesia no tenga nada que aportar, todo lo contrario, ilumina desde la ética para la toma de decisiones fundadas en los principios de justicia y equidad que favorezcan el bien común, cuanto más, al constatar la urgencia de promoverla solidaridad con los sectores más débiles de la sociedad.

Son iluminadoras las palabras del Papa Francisco, el domingo de Resurrección pasado, cuando, al hablar de la pandemia global de la esperanza, hizo un llamado a los movimientos y organizaciones populares, expresándoles: "Espero que este momento de peligro sacuda nuestras conciencias dormidas y permita una conversión humanista y ecológica que termine con la idolatría del dinero y ponga la dignidad y la vida en el centro".[1]

Esto parece entenderlo muy bien el pueblo sencillo que, a través de diversas iniciativas, se esfuerza por ayudar a los más vulnerables, los enfermos, los adultos mayores, los más pobres y necesitados.Agradezco a todos los agentes de la Pastoral Social-Cáritas, a los sacerdotes, religiosos y religiosas y grupos ciudadanos que, mediante la red de solidaridad y con la ayuda económica de fieles laicos y personas en general, han procurado que no falte el pan de cada día en la mesa de muchos hogares pobres en las comunidades.

El reto para las autoridades del Gobierno y para el sector empresarial es mucho más que reavivar una economía que arrastraba grandes vicios, por el contrario, hoy debemos apostar a una conversión para reforzar los modelos económicos basados en nuestra generosidad hacia los necesitados "Cuando reconocemos la dimensión moral de la vida económica, somos capaces de actuar con caridad fraterna, deseando, buscando y protegiendo el bien de los demás y su desarrollo integral".[2]

Nos anima la esperanza que, guiados por la fraternidad, la solidaridad y el amor al Señor y al prójimo, de nuevo, unidos todos los costarricenses, gobernantes, legisladores, empresarios, trabajadores y sociedad civil en general, demos pasos hacia la Costa Rica justa, solidaria y equitativa que todos anhelamos. Si lo hemos podido hacer en el tema salud, ¿Por qué no escribir otra bella página de la historia de Costa Rica, donde brille el verdadero humanismo, que coloca a la persona humana en el centro? 

Que todos seamos portadores de la pandemia del amor fraterno, la solidaridad, el bien común y fortalecidos por la fe y la esperanza en Cristo Jesús que no defrauda, alcancemos, otra vez metas muy altas. El amor al prójimo es el motor que empuja hacia auténticas transformaciones.

 



[1]Papa Francisco, mensaje, 12 de abril de 2020

[2]Papa Francisco, 11 de noviembre del 2019